El Ministerio de Educación debe resolver el inusual caso de una niña superdotada que, a sus doce años,acaba de completar el preuniversitario de medicina y desea seguir en la facultad a pesar de que no ha terminado ni la escuela primaria.

Maité Pazmiño, natural de Guayaquil, estudió en la Universidad Espíritu Santo de esta ciudad por gracia del doctor José Barberán, que tras recibir su expediente decidió darle una de esas oportunidades que, ciertamente, no abundan en Ecuador.

«Yo ni sabía que tenía 12 años. Cuando la vi con su mamá pensé que era la madre la que venía a estudiar medicina», dijo Barberán en una entrevista con Efe.

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